Espadañas con estilo propio

Isabel Reguilon (Norte de Castilla)
Las iglesias de la comarca presentan rasgos similares, especialmente en los campanarios con acceso exterior y en la piedra, procedente de Carpurias

La arquitectura popular es uno de los signos que puede distinguir a una comarca. La forma de construcción de sus casas, la distribución de las calles y plazas y otros tantos detalles definen a muchos pueblos. Cuando alguien nombra los palomares enseguida piensa en Tierra de Campos, a pesar de que no son solo exclusivos de esta comarca natural. Algo similar ocurre con las iglesias parroquiales de Los Valles, su apariencia exterior presenta elementos comunes y muy distintivos, de manera que se podría decir que tienen rasgos tradicionales de la tierra, especialmente pecualiares en sus campanarios.
Prácticamente en todos los pueblos de los valles de Tera y Vidriales las iglesias presentan espadañas muy parecidas, de forma piramidal, en dos cuerpos. El primero de ellos con dos vanos para las campanas y un segundo con un solo vano. La falta de decoración en casi todas ellas es otro de los distintivos.
Pero quizá el rasgo más peculiar es el acceso al campanario, que se resuelve con una escalera exterior de piedra, con balaustrada también de piedra. En algunas, como es el caso de la de San Salvador, en Ayoó de Vidriales, el acceso atraviesa una calle, pero en lugar de cortarla tiene dos arcos que dan a la escalinata la apariencia del arranque de un acueducto.
En otros casos, como en Mózar de Valverde, el arco bajo la escalera se ha reutilizado como puerta de acceso al atrio del templo, mientras que en Villanázar se ha cegado con piedra.
Esta peculiaridad permite a propios y visitantes el acceso libre al campanario, de manera que no es extraño que los visitantes hagan sus fotografías desde el campanario y disfruten de esos miradores tan privilegiados al paisaje natural de la comarca benaventana.
El material con el que están construidas, cuarcita procedente de la Sierra de Carpurias, define igualmente la procedencia de estos templos que en las partes nobles, en especial la portada, muestran elementos arquitectónicos más cuidados, con rasgos artísticos que señalan la época de su construcción.
Elementos románicos
Tiene elementos románicos la iglesia de Bercianos de Vidriales, los canecillos, cuya construcción continuó en época gótica, como refleja el portal de la entrada. Al gótico pertenecen la bóveda de crucería en el presbiterio de Quiruelas de Vidriales y Quintanillade Urz y las cabeceras de Cunquilla y Grijalva, al igual que las sacristías de Granucillo, Moratones y Ayoó, cubiertas con bóveda de crucería. Románica es la espadaña de Vecilla de Trasmonte, con dos vanos geminados, separados por una columna de fuste liso y capitel corintio.
De transición del Gótico al Renacimiento son las portadas de Cunquilla de Vidriales, Moratones, Quintanilla de Urz, San Pedro de la Viña, Pozuelo de Vidriales y Grijalba. De finales del XV a principios del XVI son las bóvedas de la capilla mayor en Abraveses de Tera y Milles de la Polvorosa, así como las de Junquera y Milla de Tera. De gótico isabelino es la portada de San Pedro de Ceque, Sitrama y Abraveses.
Portadas renacentistas
En el Renacimiento se construyeron las portadas de Fuentencalada y Rosinos de Vidriales, de las más destacadas de toda la comarca, que presentan medallones a ambos lados de la puerta, y en Ayoó los arcos fajones del interior, con carpaneles decorados con florones.
En estilo barroco se construyeron las naves de los templos de Quiruelas, Rosinos de Vidriales, entre otras.
Los interiores presentan también joyas artísticas, como los artesonados mudéjares de Grijalba, Granucillo, Bercianos, Sitrama de Tera o los retablos del XVI de Bercianos, Granucillo y Cunquilla.
Pocas localidades de la comarca no tienen espadaña en su iglesia, como Santa Cristina de la Polvorosa o la iglesia de Nuestra Señora del Campo, en Rosinos. Ambas tienen torre, mientras que Fuentencalada presenta espadaña y torre y Navianos de Valverde presenta una espadaña muy diferente.
De entre todas las iglesias de la comarca, sin embargo, destaca Santa Marta de Tera, del primer románico, uno de los templos más significativos de la provincia.