(Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español).
El origen de la fortaleza se remonta a la repoblación, ya que contribuiría a conservar militarmente la plaza, donde se asentaron gentes procedentes del norte. No hay que olvidar que en el pueblo existió el floreciente monasterio de Ageo, de la orden del Císter, que sufrió una razia de Almanzor y la ocupación militar de los templarios, pero esto es otra historia que tal vez algún día contemos. La documentación que probablemente existió sobre la torre se perdió en el incendio que a finales del XIX arrasó la población. Al parecer, cuando casi todos los habitantes estaban en una romería en el cercano Rosinos, la lumbre que habían prendido unos niños en unas pajas originó la desgracia. La tradición cuenta que los lugareños sacaron en procesión la imagen de San Bartolo y el fuego paró. Por eso, la fiesta patronal se cambió al 24 de agosto
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